Estimado neurotípico que vienes a iluminarnos con tu sabiduría, brindándonos herramientas para nuestra adaptación social, como si nuestra realidad fuera un lecho de rosas sin desafío alguno: te agradecemos la molestia pero, por favor (¡POR FAVOR!), no te esfuerces tanto.
Pensar que los autistas necesitamos más desafíos, es tan lógico como pensar que los océanos necesitan más desechos plásticos, que la capa de ozono necesita más aerosoles con CFC, y que los antivacunas necesitan más investigaciones inventadas.
¿𝗘𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝘇𝗼𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗳𝗼𝗿𝘁 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗮𝘂𝘁𝗶𝘀𝘁𝗮𝘀?
Es bastante corriente que, tanto padres como terapeutas, tengan el concepto de que presentándonos desafíos, nos adaptaremos al entorno. Solo alguien que no tiene la más mínima idea de cómo es ser autista en una sociedad neurotípica y normalizadora, puede llegar a pensar que no tenemos desafíos… ¡Cada minuto de nuestra existencia lo es!
Seguro que los autistas tenemos hipersensibilidad auditiva y con los años se nos estropean los tímpanos, solo porque no nos esforzamos lo suficiente. También es fija que nos negamos a entender las convenciones sociales, porque es superdivertido que nos hagan bullying (y para qué van a trabajar sobre la conducta de los hostigadores: mejor exíjannos que nos transformemos en «sujetos adaptados» como ellos). Para colmo, tenemos interpretación literal solo porque somos muy flojos para cambiar nuestro procesamiento de la comunicación.*
Sí, estamos siendo sarcásticos, porque es obvio que si se nos «quitara lo autista» a base de desafíos, al poco tiempo de nacidos seríamos neurotípicos.
Lo que muchos ven como adaptación, en realidad es solo enmascaramiento de nuestras características, el cual hace que cada vez manifestemos menos nuestra esencia hasta llegar al punto de no saber quiénes somos, cómo somos, ni comprendernos. Esto genera ansiedad, y la ansiedad genera una desadaptación menos evidente pero más profunda a la que se intentó erradicar.
En resumen: sus métodos de adaptación solo sirven para profundizar la falta de inclusión. Así estamos cada vez más jodidos, pero no vayamos a quitarles su fantasía de «rehabilitación».
𝗣𝗲𝗿𝗼 ¿𝗲𝘀𝘁𝗮́ 𝗺𝗮𝗹 𝗱𝗮𝗿𝗻𝗼𝘀 𝗵𝗲𝗿𝗿𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗮𝘀?
No, para nada. Todos los humanos necesitamos que nuestros criadores nos den herramientas para la vida. Pero, así como no esperan que sus retoños se provean de comida dejándolo en el medio del bosque para que aprendan a cazar, tampoco esperen que adquieran aprendizajes innecesarios y extenuantes, solo para cumplir expectativas ajenas. Hay que fijarse bien cuándo una persona necesita un aprendizaje, y brindárselo de la forma más respetuosa posible. Desafiarnos para que aprendamos formas de ser más «correctas», no es una necesidad nuestra. De hecho, nuestra necesidad es que la sociedad deje de intentar calzarnos las formas neurotípicas, como si fueran las únicas válidas.
Y luego nos explican que lo hacen por nosotros, porque (nos guste o no), la sociedad es más fácil de transitar si mostramos la menor desadaptación posible. Claro, así como en el 1800, a los afrodescendientes les hubiera resultado menos problemático ser sumisos y adaptarse a su esclavitud y no sufrir reprimendas… Solo les costaba su libertad.
Así que, si nos dan a elegir entre la adaptación que nos anula, y la insurrección contra la normalización, en Insurgencia Autista ya vamos preparando las antorchas (es metáfora, no se sobresalten).
¿𝗖𝘂𝗮́𝗹 𝘀𝗲𝗿𝗶́𝗮 𝗲𝗹 𝘃𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱𝗲𝗿𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗳𝗶́𝗼?
Para nosotros ya la realidad es como si ustedes viajaran a Japón, sin conocer del todo su idioma y sus costumbres, y que para colmo los japoneses se pusieran de acuerdo para orientalizarlos. ¿Y cómo podrían lograrlo? ¡Por supuesto!: presentando desafíos como negándoles tenedores, hablando rápido o esperando que se ubiquen solos en pleno Tokio.
No, el verdadero desafío no es que nosotros nos adaptemos, a lo cual nos vemos forzados a diario. El verdadero desafío, es que la sociedad se adapte a ser inclusiva; que dejen el paternalismo de lado, e intenten también aprender sobre nuestra forma de ser, relacionarnos y comunicar. Ya que tienen el privilegio de vivir en un contexto hecho a medida para su neurotipo, es lo mínimo que pueden hacer.
Los autistas somos como somos, y ya no existimos solo para cumplir las expectativas ni de padres ni de terapeutas.
𝗧𝗲𝘅𝘁𝗼: Insurgencia Autista ONG, organización conformada por adultos autistas.
*Las características del autismo no se manifiestan de igual forma en todas las personas. Estas las exponemos solo como ejemplos.