En el aniversario de su nacimiento, queremos recordar a Grunya Sukhareva, la primera científica que diferenció al autismo de la esquizofrenia infantil.
Si bien Grunya no fue la primera en utilizar el término autista, sí fue la primera que lo hizo con la convicción (que, luego de mucha investigación, se convertiría en certeza) de que el autismo era una condición por sí misma, y no solo la acuñó para referirse al aislamiento y desapego emocional que se observaba en los niños con esquizofrenia.
Esta destacada psiquiatra, investigadora y docente, trabajó en el Sanatorio Psico-Neurológico y Pedagógico del Instituto de Entrenamiento Físico y Pedología Médica en Moscú, el cual había sido abierto por el gobierno Ruso para atender a los niños huérfanos o traumatizados a raíz de la Primera Guerra Mundial, en donde se buscaba abordar sus necesidades de forma multidisciplimaria por medio de la pedagogía, la psicología y la medicina.
Esta experiencia le posibilitó observar de cerca a niños autistas, identificar al autismo como una condición en sí misma y con sus propias características, comprender la importancia del trabajo desde las diferentes disciplinas; por lo que llegó a hacer una descripción de las características autistas tan evolucionada, que resulta asombrosa la similitud con las descritas en el DSM-5… muchos años y muchos recursos de investigación después.
¿Por qué la historia se olvidó de esta gran científica?
Por lo mismo que siempre: porque la historia, y las sociedades, intentan invisibilizar lo que no les resulta funcional.
Sukhareva era judía y, si bien hizo una publicación sobre sus investigaciones, esta quedó perdida entre la falta de difusión del momento y un nombre mal escrito. Casi 20 años después y en pleno gobierno Nazi, Hans Asperger realiza una publicación describiendo la misma condición y también refiriéndose a esta como «psicopatía autista», pero no menciona fuente de esta asombrosamente similar investigación…
En el aniversario 129 del nacimiento de esta científica que intentó visibilizar nuestra condición, pero que lamentablemente terminó siendo invisibilizada de la historia del autismo y de la ciencia, queremos reconocer su labor y hablar de los apartados por la historia, los silenciados por la sociedad y de los que deberían (y deberíamos) ser tenidos en cuenta.
𝗧𝗲𝘅𝘁𝗼: Insurgencia Autista ONG, organización conformada por adultos autistas.