Soy autista y no suelo encajar cuando se trata de convenciones sociales.
Puede que no tenga demasiado interés en cumplir por cortesía con situaciones sociales que no me interesan. Las reuniones de trabajo o con familiares indeseados no son para mí.
También puede ocurrir que algunas situaciones me interesen, pero en determinados momentos y por cierta cantidad de tiempo… Parámetros que solo yo puedo evaluar.
Si me notas incómodo y realmente lo estoy, y me presionas para que me justifique, puede que salga con uno de mis ataques de sinceridad, esos que todos dicen preferir, pero nadie puede tolerar.
También puede ocurrir que, en situaciones sociales, mi lenguaje corporal no se condiga con lo que realmente siento. Es decir, a veces no soy muy expresivo y mis gestos pueden ser muy similares en todas las situaciones: si la estoy pasando bien, si estoy incómodo, o si detesto a todos. Por lo que, si usas conmigo los mismos parámetros que usas para interpretar a otros, tal vez te equivoques. Puede que socializando me muestre apático, pero eso no significa que realmente lo esté… A veces simplemente estoy disfrutando a mi modo.
Como verás, no encajo en lo que a convenciones sociales se trata. Y, ¿para qué querría hacerlo? Encajar es meterse dentro de un molde, y los moldes son para objetos: predecibles y limitados.
Soy autista, no esperes que encaje. Pero sí puedes esperar que en los momentos en los que ambos queramos, y en los que coincidamos, pasemos un un buen momento sin exigencias, con sinceridad y sin moldes.
Texto: Insurgencia Autista ONG