SI ODIAS AL AUTISMO DE TU HIJO, LO ODIAS A ÉL

Sí, así como te lo digo: si odias al autismo de tu hijo, lo odias a él.
No puedes pretender quererlo y a su vez cargar sobre sus hombros el enorme peso de hacerlo sentir un ser humano fallado, el hijo que no querías pero que te tocó. En ese caso, seguramente terminará dañado, pero dañado por tu falta de amor verdadero, por tu rechazo encubierto de cariño.
No hay forma de que, si no lo quieres como es, su autoestima no salga dañada de por vida.

No existe tu hijo sin autismo… Acepta que ese niño nunca existió. Y, sin embargo, ahí está tu hijo (el real), esperando que lo quieran, esperando que lo acepten y que le enseñen lo maravilloso que es solo por ser él mismo. Porque todos esperamos recibir eso de nuestros padres… Porque todos lo necesitamos.

Aprende a jugarte por lo que sientes y a hacerte cargo. No lo hagas a medias, no trates de ocultar lo que realmente sientes… No existe el querer a la persona sin querer sus características: o amas fuerte a tu hijo, con el autismo y todas sus otras características, o solo estás pretendiendo quererlo. Y te aseguro que, aunque disimules, en su interior él lo notará.

Lo que más necesita tu hijo no es que lo ayudes a ser diferente a lo que es, a alcanzar eso de las personas llaman normalidad. Lo que más necesita tu hijo es que le des la oportunidad (y te des la oportunidad) de descubrir todo lo bueno que es él, pero por lo que realmente es, no por lo que pretendes que sea.

Esto no significa que no necesite ayuda (no hay persona que no la necesite). Esto significa que debes comprender que el autismo es parte de tu hijo, y una vez que aceptes eso, tal vez aprendas a quererlo, no al autismo, sino a él, con lo que es, y con su autismo.

Autora: Analía Infante, integrante de Insurgencia Autista ONG.