En el activismo autista: Nada de nosotros sin nosotros

El activismo por la neurodiversidad tiene precursores que son personas sin autismo, y eso está muy bien porque, cuando no habían adultos diagnosticados, se pusieron la causa al hombro e intentaron interpretar, desde su subjetividad neurotípica, qué necesitábamos los autistas.

Hoy somos muchos los adultos que estamos llegando a nuestro diagnóstico, y esto trae aparejado que las madres, padres, hermanos y terapeutas que hasta el momento intercedieron por nuestros derechos de la forma en que creyeron mejor, puedan dejar de hacer suposiciones y escuchar de nosotros mismos, de los autistas, qué es lo que queremos y necesitamos.

Y no se trata de protagonismos ni de que no podamos compartir la causa, porque sin el aporte tanto de los neurotípicos como de los autistas, no sería posible la neurodiversidad.

Esto se trata de que, por primera vez, quienes hicieron activismo por nuestros derechos tienen la oportunidad de dejar de interpretarnos (a veces de forma errada) y de empezar a comprendernos, porque aquí nos tienen ahora: para explicarles lo que vivimos y cómo lo vivimos.

Tenemos la oportunidad de construir la neurodiversidad desde la misma comunidad: los autistas comprendiendo que quienes se involucraron hasta ahora con la causa, tienen intención y derecho de seguir haciéndolo; y los familiares y terapeutas entendiendo que los autistas tenemos voz propia, y que esta debe ser escuchada y priorizada.

Por eso, entre todos los que venimos impulsando la causa de la neurodiversidad, entendamos (y sobre todo demostremos a la sociedad), que nada de nosotros es posible sin nosotros.

Texto: Insurgencia Autista ONG, organización conformada por adultos autistas.